Hace casi 9 meses, antes de que el covid19 hiciera presencia en nuestras vidas, comenzamos una relación profesional con una empresa de Málaga en fase de creación.

No tienen veinte y tantos años ni visten con camisetas y chancletas (vuelvo a recalcar que estoy estereotipando) y si bien el producto que comercializan tiene un alto componente de innovación, no está relacionado directamente con tecnologías digitales.

Cuando nos hablan de una nueva startup tendemos a pensar, al menos yo, en empresas digitales cuyo negocio se desarrolla en un porcentaje altísimo en internet, creadas por jóvenes informáticos/ingenieros/programadores brillantes. Parece que no hay otro camino. Es como si no hubiera otras opciones. Está claro que si eres uno de esos jóvenes brillantes con conocimientos en esas materias y tienes una gran idea te será más fácil desarrollarla sin derivar en unos grandes costes iniciales y por tanto, si no funciona el proyecto, dar carpetazo y comenzar la búsqueda de otra idea para ejecutar.

Y luego está la nueva empresa que tiene una gran idea pero para desarrollarla necesita de una inversión inicial muy importante. Hay que aportar capital, pedir financiación, buscar inversores. Es este tipo de compañía la que nos encontramos hace 9 meses cuando bajamos a Málaga a reunirnos con ellos. Gente valiente y decidida a tirar para adelante y que cuando llegó el dichoso virus siguió mirando al frente pese a las dificultades. Unos meses más tarde de lo previsto, han lanzado al fin su producto al mercado. Han comenzado con una tienda espectacular en Málaga. Su producto es el helado. Sí, el helado. Un helado espectacular, totalmente natural, con los mejores ingredientes y preguntaréis ¿dónde está la innovación? En que te los puedes hacer en casa. ¿Y cómo?….la respuesta innovadora de Boldini pronto se sabrá.

Por: Sergio Huerta